Si eres de los que siempre llega cinco, diez o treinta minutos tarde, respira tranquilo: la ciencia dice que no todo es culpa tuya. Tu cerebro podría estar jugando contigo.
¿Por qué algunas personas son impuntuales?
Un estudio realizado en 2006 reveló que las personas que tienden a llegar tarde tienen una percepción del tiempo distinta. En el experimento, los participantes debían calcular un minuto “al tanteo”. Las personas puntuales estimaron cerca de 56-58 segundos, mientras que los impuntuales se pasaron con un promedio de 77-78 segundos.
El hipotálamo, esa pequeña región del cerebro que se encarga de procesar el tiempo, parece ser el culpable. Las “células de tiempo” en esta área integran nuestra percepción temporal, pero diversos factores pueden alterar su funcionamiento. Esto podría explicar por qué algunos sienten que siempre “tienen tiempo de sobra” y terminan llegando tarde.
Además de la percepción del tiempo, el exceso de optimismo es un gran enemigo de la puntualidad. ¿Eres de los que siempre piensa que “en 10 minutos llego”? Esa subestimación de los imprevistos es un clásico.
Por otro lado, las personas neurodivergentes, como aquellas con TDAH, pueden tener dificultades para medir el tiempo de manera efectiva, lo que complica organizar actividades y calcular cuánto tardarán en completarlas. Y si eres amante del multitasking, cuidado: querer hacerlo todo al mismo tiempo puede desconectarte de los límites reales de tu agenda.
Así que, la próxima vez que llegues tarde y alguien te mire feo, puedes explicarles con toda la autoridad de la ciencia que es culpa de tu cerebro… y tal vez un poco de tus malas costumbres.
¿Cómo dejar de llegar tarde?
Aunque no puedas reconfigurar tu hipotálamo, hay formas de mejorar tu relación con el tiempo:
Usa alarmas y recordatorios: Tu celular es tu mejor aliado para no perder la noción del tiempo.
Prioriza y simplifica: Evita llenar tu día con mil actividades que compiten entre sí.
Respeta tiempos realistas: Asigna un margen extra para cada tarea y traslados.
Adopta rutinas claras: Los hábitos son clave para no improvisar todo a última hora.
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